Sucede que me canso de ser hombre dijo el poeta. Sucede que me canso de ser hombre y ser yo mismo digo yo. Sucede que la vida se ha convertido en un trasiego constante. Un devenir de acontecimientos triviales y monótonos. Un mal necesario que nos hace pagar peaje, que nos erosiona cada día.
Mi adorada y venerada rutina a veces se convierte en un infierno. Un averno tortuoso. En algunos momentos soy caballeroso. Concedo treguas. Admito armisticios. Realizo una rendición. Comienzo el desarme. Paso un tiempo feliz. Sin guerras, sin batallas sangrientas y desoladas. Sin Varsovias que invadir. Dura poco. En un breve espacio de tiempo me asaltan las dudas, mi inconformismo, la negatividad de mis ideas. Todos y cada uno de los males que me roban la felicidad. Soy un inconformista por naturaleza. Un rebelde con causa o sin ella. El polo opuesto de todo lo que me parece incorrecto. Ansío conseguir un sueño. Este Tótem quizás me dé la felicidad plena, tal vez esté equivocado. Lo más probable es que si lo consigo me asalten otras dudas, busque otras metas, persiga otros sueños, otra fuerza por la que luchar.
La vida es una lucha constante. Un frente abierto en los cuatro puntos cardinales, una gran guerra en la que todo vale para alcanzar la felicidad. El ser humano es tan cruel con los demás como consigo mismo. Pisa, estafa, engaña, miente para salvar su culo. Ya lo dijo Hobbes “el hombre es un lobo para el hombre”. Vivimos como corderitos acechados por un gran lobo que nos engaña. Un feroz y voraz cazador que inventa tretas para tenernos en su punto de mira. Nosotros como animales que somos nos defendemos. Creemos ver el peligro hasta en nuestro compañero de al lado. Le machacamos. Pisamos sus ideas, hacemos burla de sus creencias, derrumbamos todos y cada uno de los pilares que sujetan su vida. Él, evidentemente, intenta defenderse. Somete a duda todo lo que tú le dices. Tiene que defender sus ideas. Aferrarse fuertemente al suelo que aún sujeta su vida. Creer que él dice lo correcto. Que tiene la verdad absoluta, aunque la verdad nunca es de nadie. La verdad es universal y dependiendo del prisma de quien vea las cosas la verdad puede ser blanca o negra.
Sucede que me canso de ser hombre dijo el poeta. Sucede que me canso de ser hombre y ser yo mismo digo yo. Sucede que me canso de tanto frente abierto. De esta guerra de desgaste que es la vida. De armisticios, de treguas, de rendiciones. Siento la ciudad desolada y derruida. Una Troya que no ha parado de arder a lo largo de dos mil años. Y a la que su Ulises nunca sabrá volver.
Mi adorada y venerada rutina a veces se convierte en un infierno. Un averno tortuoso. En algunos momentos soy caballeroso. Concedo treguas. Admito armisticios. Realizo una rendición. Comienzo el desarme. Paso un tiempo feliz. Sin guerras, sin batallas sangrientas y desoladas. Sin Varsovias que invadir. Dura poco. En un breve espacio de tiempo me asaltan las dudas, mi inconformismo, la negatividad de mis ideas. Todos y cada uno de los males que me roban la felicidad. Soy un inconformista por naturaleza. Un rebelde con causa o sin ella. El polo opuesto de todo lo que me parece incorrecto. Ansío conseguir un sueño. Este Tótem quizás me dé la felicidad plena, tal vez esté equivocado. Lo más probable es que si lo consigo me asalten otras dudas, busque otras metas, persiga otros sueños, otra fuerza por la que luchar.
La vida es una lucha constante. Un frente abierto en los cuatro puntos cardinales, una gran guerra en la que todo vale para alcanzar la felicidad. El ser humano es tan cruel con los demás como consigo mismo. Pisa, estafa, engaña, miente para salvar su culo. Ya lo dijo Hobbes “el hombre es un lobo para el hombre”. Vivimos como corderitos acechados por un gran lobo que nos engaña. Un feroz y voraz cazador que inventa tretas para tenernos en su punto de mira. Nosotros como animales que somos nos defendemos. Creemos ver el peligro hasta en nuestro compañero de al lado. Le machacamos. Pisamos sus ideas, hacemos burla de sus creencias, derrumbamos todos y cada uno de los pilares que sujetan su vida. Él, evidentemente, intenta defenderse. Somete a duda todo lo que tú le dices. Tiene que defender sus ideas. Aferrarse fuertemente al suelo que aún sujeta su vida. Creer que él dice lo correcto. Que tiene la verdad absoluta, aunque la verdad nunca es de nadie. La verdad es universal y dependiendo del prisma de quien vea las cosas la verdad puede ser blanca o negra.
Sucede que me canso de ser hombre dijo el poeta. Sucede que me canso de ser hombre y ser yo mismo digo yo. Sucede que me canso de tanto frente abierto. De esta guerra de desgaste que es la vida. De armisticios, de treguas, de rendiciones. Siento la ciudad desolada y derruida. Una Troya que no ha parado de arder a lo largo de dos mil años. Y a la que su Ulises nunca sabrá volver.