jueves, 11 de junio de 2009

HE PERDIDO LA PARTIDA







Me confié, subestimé las fuerzas


de mi adversario. ¿Cómo no hacerlo?


Grande era cual fronda de destrucción, profundas



sus raíces invisibles; pero tamaño goce en la muerte



desafiaba la imaginación.






Los primeros intercambios de golpes



fueron casi un juego, un modo apenas hostil del conocimiento.



¿Queríamos estrangularnos o abrazarnos?



La situación parecía abierta y los momentos decisivos



aún por venir. No me daba cuenta



de que habían pasado ya y cada minuto perdido



redundaba en beneficio suyo



sumaba hierro y cieno a mi derrota.



Mi implacable adversario



economista del tiempo



feroz equilibrista de lo irreversible.






Estoy perdido.



La falta de imaginación me condenó.



Ya todo el tiempo restante se lo descuento a la muerte.






Genial poema de Jorge Riechmann