lunes, 10 de agosto de 2009

EL JARDINERO


Aprendí con mi abuelo a plantar árboles.
Los sauces necesitan
beber más agua, Andrés, que tú o yo
y sus raíces
no deben, al principio,
ser demasiado hondas;
en ocasiones crecen muy deprisa
y otras veces se estancan en la tierra,
temerosos del aire.

Hoy no existe ni abuelo ni país
ni tampoco ese niño, pero queda
aquel sauce encorvado al que -me digo-
Andrés, hay que cuidar,
estas raíces frágiles,
este miedo a la altura de la vida.


(de El tobogán)
Andrés Neuman