Añoro los domingos, que como hoy, mis padres me llevaban de paseo por la ciudad. Recuerdo como, entre zancada y zancada, me relataban historias y cantaban canciones, para hacer aquella caminata más amena y distendida. Un vago recuerdo comienza a crecer en mi mente, para crecer como un gran árbol. Algunas de esas mini excursiones desembocaban en la estación del ferrocarril. No se me olvidará nunca aquel viejo talgo rojo y a mi padre diciendo ese tren va a Madrid. Madrid, León, Gijón, me parecían ciudades lejanas, transoceánicas quizás. Yo agarrado al dedo de mi padre, con su olor a nicotina, me sentía seguro. Tiempo más tarde, comprendí que esas tierras, no son tan lejanas y que gracias a nuevas tecnologías, están más cerca incluso que muchas ciudades que colindan con nosotros.
Una de aquellas misteriosas tierras, que yo consideraba transoceánicas, es Asturias. Cuna de la minería y de gente con mucho talento. Gente como Nacho Vegas, Sofía Castañón o David González son una clara muestra de ello. Hace unos días, acudí feliz a la librería All i truc, propiedad del amigo Paco Trigueros, para adquirir el libro de mi buen amigo y colega David González. ALGO QUE DECLARAR, figura el titulo sobre esas tapas naranjas de la editorial Barleby. Salí de la tienda y con la impaciencia que me caracteriza, me senté en un banco de una plaza céntrica y me dispuse a devorarlo. Y para que decir más. Me encantó y me fascinó poder leer algo tan cercano y real. Algunos textos son crudos, otros en cambio; no sin poseer algo de crudeza o de rabia, muestran cotidianidad; que eso pido siempre en lo que leo. Lo cotidiano, para mí es esencial en todo. De tu propia vivencia o la de tu vecino, puedes extraer la historia más maravillosa. Y eso es este libro una buena recopilación de vivencias, momentos, instantes; que como fotografías deben quedar ahí para poder ser contempladas.
Una de aquellas misteriosas tierras, que yo consideraba transoceánicas, es Asturias. Cuna de la minería y de gente con mucho talento. Gente como Nacho Vegas, Sofía Castañón o David González son una clara muestra de ello. Hace unos días, acudí feliz a la librería All i truc, propiedad del amigo Paco Trigueros, para adquirir el libro de mi buen amigo y colega David González. ALGO QUE DECLARAR, figura el titulo sobre esas tapas naranjas de la editorial Barleby. Salí de la tienda y con la impaciencia que me caracteriza, me senté en un banco de una plaza céntrica y me dispuse a devorarlo. Y para que decir más. Me encantó y me fascinó poder leer algo tan cercano y real. Algunos textos son crudos, otros en cambio; no sin poseer algo de crudeza o de rabia, muestran cotidianidad; que eso pido siempre en lo que leo. Lo cotidiano, para mí es esencial en todo. De tu propia vivencia o la de tu vecino, puedes extraer la historia más maravillosa. Y eso es este libro una buena recopilación de vivencias, momentos, instantes; que como fotografías deben quedar ahí para poder ser contempladas.